Los precios industriales se salen de la tabla con su mayor rally alcista de la historia
Los precios que soporta la industria para elaborar los bienes y servicios que consumimos registra el mayor rally alcista de la historia y roza el 47%.
Ni siquiera tras los efectos de la primera crisis del petróleo, ni en plena segunda crisis del petróleo en los primeros años 80 los precios industriales en España han experimentado una subida tan brutal. En sólo un año ha pasado de registrar una subida del 0,6% en febrero de 2021, a sufrir aumentos de precios interanuales de casi el 47% (46,6%) en marzo de este año.
El alza de los precios de la energía ha impactado de una manera extraordinaria en los precios industriales y no parece que vaya a frenarse en los próximos meses. Sólo los precios energéticos han subido más de 18 puntos y sufren una inflación para la industria de 134,6%, la más alta desde el comienzo de la serie. Y lo que explica esta subida es el refino del petróleo y la producción, transporte y distribución de energía eléctrica.
Los llamados bienes de consumo no duradero suben un 8,6% y los llamados bienes intermedios, es decir, la fabricación de productos básicos de hierro, acero y ferroealeaciones así como la fabricación de productos para la alimentación animal es un 23% más alta que en marzo de 2021.
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Tanto para valorar el IPC como para hacer lo propio con el IPRI algunos expertos tratan de quitarle hierro al asunto señalando a la energía como único factor que explica esta subida de precios (como si no fuera uno de los principales factores en la conformación de estructura de costes de la economía, desde las pequeñas y medianas empresas hasta las grandes multinacionales, pasando por autónomos y familias).
En cualquier caso, aceptando el argumento, en tanto que –según dicen- coyuntural, el índice der Precios Industriales descontando el componente energético sigue disparado un 13, 7% en marzo, 10 puntos porcentuales más que hace un año.
Además, si miramos la evolución de los precios industriales en clave intermensual. Es decir, la diferencia mes a mes, vemos que la subida registrada en marzo de 2022 (que ya recoge los efectos correctores de la invasión rusa de Ucrania en los precios energéticos) su variación respecto a febrero es del 6,6%, muy similar a la que ya se registró en septiembre y octubre del año pasado, cuando los precios de la energía comenzaron su rally alcista.
En cualquier caso, y al margen del análisis coyuntural del mes de marzo de 2022, la tendencia que han cogido los precios industriales comparando su serie histórica desde que hay registros aporta dimensión sobre el problema real que tenemos por delante. No hay precedentes desde 1976 (donde comienzan los registros) de una espiral alcista de precios en la industria como la que vivimos desde febrero de 2021.
Traslación al IPC
Hasta las previsiones más pesimistas consideran que el IPC, el alza de precios que todos sufrimos y que ya roza el 10%, comenzará a moderarse en verano y terminará el año en tasas más cercanas al 5 o 6% que al 10. El problema es que la distorsión los costes que soportan los que producen los bienes y servicios de los que disfrutamos todos es brutal, sin precedentes y en sólo un año, lo que podría trasladarse de una manera todavía más feroz de lo que lo ha hecho hasta ahora en el IPC.
Según el análisis del propio Instituto Nacional de Estadística, el indicador de precios industriales (IPRI) adelanta en dos meses y medio el comportamiento del IPC. De momento, el IPRI no da señales de que esté agotando su espiral alcista.
¿Se moderarán los precios con el verano?
Algunos análisis están confiando en que la menor demanda energética (fundamentalmente de gas) que llegará con la temporada estival, permitirá moderar los precios de la energía. Por otro lado, también se confía en la acción de los bancos centrales y su actuación sobre los tipos de interés, que podría provocar como efecto la rebaja de la inflación.
El problema de estos pronósticos es la rapidez con la que esos factures actúe sobre los precios teniendo en cuenta la fuerte descorrelación que todavía sufren los precios industriales con el IPC que soporta el consumidor. Además, la lenta actuación que todavía se prevé sobre los tipos unido a que el verano es menos intensivo en consumo de gas, pero lo es más en consumo de electricidad debido a la entrada en funcionamiento de los aires acondicionados, puede enfriar las perspectivas más optimistas de aquellos que veían una caída brusca de la inflación en la segunda mitad del año.
via LibreMercado.com